Es el conjunto funerario medieval más importante del País Vasco, tanto por el número de elementos como por su remota cronología (siglos VII-IX).
Cuenta con veintitrés sarcófagos de piedra y cinco estelas discoidales, algunos de los cuales, hasta el siglo XIX estuvieron dispersos por los barrios cercanos. Su ordenación no es la original.
Dos de los sepulcros, pertenecientes a Momus y Paterna, tienen inscripciones que son el testimonio escrito más antigua de núcleos cristianos en Bizkaia; una de ellas, fechada en la era hispana de 921 (año 883 d.C.)
En recientes excavaciones arqueológicas se han encontrado nuevos enterramientos de fosa y los restos de una aldea con construcciones de madera.
Fragmentos de cerámica de época romana (terra sigillata) o un recipiente de vidrio datado en el siglo VI hallados en Argiñeta, sugieren que el entorno pudo estar ya habitado en los primeros siglos de nuestra era.
La ermita de San Adrian se reconstruyó en el siglo XVI y ha sido reformada varias veces más.